

Vicente, Javier, Albino,Ricardo, Juan, Jose.... tantos nombres que por fin dejarán de teñir sus pulmones con el polvo de silice. Pero sus heridas hechas allá abajo tendran la marca negra inconfundible de la cicatriz de la mina. Se salvaron de derrumbes que pudieron acabar con sus vidas como no pasó con muchos otros que murieron bajo el negro mineral. Son jovenes y jubilados. Que envidia para los que no saben lo que es estar ocho horas en la oscuridad de un ambiente humedo y en ocasiones, muchas con el agua hasta las rodillas. Qué envidia para aquellos que nos conocieron el desazon de la espera tras un accidente, hasta saber que el compañero, el amigo, el novio, el marido estaba vivo. Qué envidia para los que no conocen los ruidos ensordecedores de los martillos mecanicos que escarban en la roca, con el run run del tren de chapa. El día a día de la mina es duro. La mina endurece el caracter. Alguien me dijo hace pocos años, depués de visitar una mina-imagen: -¡ahora entiendo el caracter de los asturianos de las Cuencas!-

¿Dónde esta el futuro de una tierra esquilmada y carente de terreno para hacerla industrial? ¿Turismo verde? ¿energías alternativas? ¿que haremos? ¿Dónde vamos?
A muchos nos toco hacer la maleta y buscar caminos dónde el plato de sopa estuviera asegurado en la mesa. los que se quedaron , continuaron la lucha del día a día. Pero ¿y los que vendrán?

Felicidades Vicente, Javier, Albino,Ricardo, Juan, Jose.... llegasteís al la era final de la minería en Asturias. cumplisteís una época, hicisteís historia. ¿ Y ahora? Cuarenta años sobre vuestros hombros! ¿Qué hareís con vustras vidas??? Una buena jubilación ayuda pero creo que no llena el día a día en una Cuenca dónde se llevaron "el esparcimientu del jubilau del siglu XXI"
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