¡El Guaje se jubila!. ¡Acabose el carbón!

Finales de los ochenta, primeros años de los 90 , la crisis de la minería en Asturias, se hace mas inminente aún. Vicente ha dejado la carnicería donde hacia de chico para todo por cuatro duros de aquellos días. Dejó de hacer chollos, pintando las paredes de amigos y conocidos. Dejó de estar a "saltu de mata" y está feliz y contento porque ha conseguido entrar a trabajar en Hunosa. Bajará "al furacu" cada día hasta el resto de sus días laborables, si todo va bien. Los tiempos que se avecinaban en aquellos años, amenazaban tempestades y una agonía lenta para el sector de la minería en Asturias. Hoy esa agonía se ha convertido en muerte latente y como mi amigo Vicente, hay otros muchos que con cuarenta primaveras logran abandonar "el furacu".Por fin dejarán que la jaula baje sin ellos al negro fondo de las minas de carbón asturianas. Atrás quedarán años de lucha y reivindicaciones.Encierros, manifestaciones, concentraciones... luchas y mas luchas que a algunos nos toco vivir de cerca en aquellos años y que otros como él continúan desde diferentes ámbitos de la vida laboral y social de estas "Cuencas Mineras" que quien sabrá como se les dirá dentro de cien años, cuando el mineral del que han vivido tantas familias sea un vago recuerdo visitado por estudiantes y nostálgicos en los museos de la siderurgia y el carbón que las mentes preclaras de aquellos días inaguraron en El Entrego. Era el anunció del fin.
Vicente, Javier, Albino,Ricardo, Juan, Jose.... tantos nombres que por fin dejarán de teñir sus pulmones con el polvo de silice. Pero sus heridas hechas allá abajo tendran la marca negra inconfundible de la cicatriz de la mina. Se salvaron de derrumbes que pudieron acabar con sus vidas como no pasó con muchos otros que murieron bajo el negro mineral. Son jovenes y jubilados. Que envidia para los que no saben lo que es estar ocho horas en la oscuridad de un ambiente humedo y en ocasiones, muchas con el agua hasta las rodillas. Qué envidia para aquellos que nos conocieron el desazon de la espera tras un accidente, hasta saber que el compañero, el amigo, el novio, el marido estaba vivo. Qué envidia para los que no conocen los ruidos ensordecedores de los martillos mecanicos que escarban en la roca, con el run run del tren de chapa. El día a día de la mina es duro. La mina endurece el caracter. Alguien me dijo hace pocos años, depués de visitar una mina-imagen: -¡ahora entiendo el caracter de los asturianos de las Cuencas!-
Una relación de amor y odio es la que tenemos los que alli nacimos con este medio de vida durante los últimos siglos. Nos dió de comer a cientos de familias. Nos mató a seres queridos, amigos, concidos. Fuimos unas de las primeras economías del país. Y tantas cosas que son tan dificiles de explicarles ahora a nuestros hijos.
¿Dónde esta el futuro de una tierra esquilmada y carente de terreno para hacerla industrial? ¿Turismo verde? ¿energías alternativas? ¿que haremos? ¿Dónde vamos?
A muchos nos toco hacer la maleta y buscar caminos dónde el plato de sopa estuviera asegurado en la mesa. los que se quedaron , continuaron la lucha del día a día. Pero ¿y los que vendrán?
Felicidades Vicente, Javier, Albino,Ricardo, Juan, Jose.... llegasteís al la era final de la minería en Asturias. cumplisteís una época, hicisteís historia. ¿ Y ahora? Cuarenta años sobre vuestros hombros! ¿Qué hareís con vustras vidas??? Una buena jubilación ayuda pero creo que no llena el día a día en una Cuenca dónde se llevaron "el esparcimientu del jubilau del siglu XXI"

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