Noche de cuentos y recuentos

En esta noche de cuentos y recuentos. En esta noche de números, de culpas , de reproches, de ganadores y ganadores vencidos. En esta noche de Españas de colores, de colores en la España. Esta noche de deberes y obligaciones. De los que están y de los que no cuentan. De los que participan y de los que pasan. De los esperanzados o de los hastiados. Esta noche europea de luna casi llena, sobran los comentarios. Y quien quiera que lea esta entrada, si quiere..., que opine y si quiere callar que calle. Cada cual es cada cual y hoy desde mi ordenador recuerdo los versos del poeta que murió en una noche, en una España de colores, de ganadores y perdedores, sin cuentas y sin derechos pero con obligaciones... Sobran mas palabras pero faltan muchas reflexiones...




EL MAÑANA EFÍMERO




La España de charanga y pandereta,



cerrado y sacristía,



devota de Frascuelo y de María,



de espíritu burlón y alma inquieta,



ha de tener su marmol y su día,



su infalible mañana y su poeta.



En vano ayer engendrará un mañana



vacío y por ventura pasajero.



Será un joven lechuzo y tarambana,



un sayón con hechuras de bolero,



a la moda de Francia realista



un poco al uso de París pagano



y al estilo de España especialista



en el vicio al alcance de la mano.



Esa España inferior que ora y bosteza,



vieja y tahúr, zaragatera y triste;



esa España inferior que ora y embiste,



cuando se digna usar la cabeza,



aún tendrá luengo parto de varones



amantes de sagradas tradiciones



y de sagradas formas y maneras;



florecerán las barbas apostólicas,



y otras calvas en otras calaveras



brillarán, venerables y católicas.



El vano ayer engendrará un mañana vacío



y ¡por ventura! pasajero,



la sombra de un lechuzo tarambana,



de un sayón con hechuras de bolero;



el vacuo ayer dará un mañana huero.



Como la náusea de un borracho



ahíto de vino malo,



un rojo sol corona



de heces turbias las cumbres de granito;



hay un mañana estomagante



escrito en la tarde pragmática y dulzona.



Mas otra España nace,



la España del cincel y de la maza,



con esa eterna juventud que se hace



del pasado macizo de la raza.



Una España implacable y redentora,



España que alborea con un hacha en la mano vengadora,



España de la rabia y de la idea.









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