GRIPE A

CARTA A MARIA, LA ENFERMERA DE RYAN

Tengo cincuenta y ocho años y como tú soy enfermero del sistema público desanidad desde hace más de treinta.¡Animo compañera! Has tenido un error, como todos hemos cometido; lo maloes que tú, que nosotros, no trabajamos con papeles, con tornillos, concosas, lo hacemos con personas y escogimos voluntariamente esta actividadllevados de nuestro deseo de ayudar a los demás a mantener su salud, deluchar por mejorar las condiciones de vida o en último extremo por evitarel dolor.Y te equivocaste, ¡cómo es posible!, dicen algunos basándose precisamenteen que como trabajamos con personas tenemos que extremar la atención y elcuidado. Lo que nadie puede imaginar es cuánta atención y cuidado hastenido que poner cada uno de los días que has trabajado cuidandopacientes; cuántas veces has revisado lo que ibas a hacer; cuántascarreras has tenido que dar para poder atender a tus pacientes por faltade compañer@s suficientes; cuántas veces has tenido que cambiar dedestino, siempre con la amenaza encubierta de la no renovación decontrato, siempre esforzándote por hacerlo todo bien aunque superase lológico, y a pesar de todo eso, cuántas caricias y ánimos has prodigado;cuánto aprendizaje has ido acumulando a pie de cama.¡¡¡HIPOCRITAS!!! Dicen que cometiste un error terrorífico. ES MENTIRA. Tútuviste una equivocación, te equivocaste, desgraciadamente, y es seguroque nadie en esta historia está más destrozada que tú y la familiaafectada.¡¡EL ERROR TERRORIFICO LO COMETIERON Y LO COMETEN ELLOS!! los que hanllevado al deterioro de la sanidad pública, la de todos, y quierenhundirla aún más para entregarla a manos del negocio privado.Los que obviando, ellos sí, que trabajamos con personas, no han aumentadolas plantillas a pesar de que la población ha crecido y mucho, a fin deabaratar costes.Los que obviando, ellos sí, que la precariedad en el empleo es fuente delaumento de accidentes de todo tipo, vienen firmando contratos temporalesconstantes a quienes se incorporan al mundo sanitario, a fin de evitar quese consoliden sus derechos, de que puedan decir no a órdenes carentes derigor profesional (hoy a cardiología, mañana a trauma, anteayer enmedicina interna), los que tratan la salud de los ciudadanos como siestuvieran en una fábrica de tornillos, no en un hospital de todos, paratodos y pagado por todos.Los que obviando, ellos sí, que también son médic@s, enfermer@s, acatandirectrices de los dirigentes políticos contra la dignidad de unasprofesiones a las que deberían todo el respeto, contra la calidad de laatención a la que todos tenemos derecho, dando órdenes, aceptando malosmateriales, asistiendo impasibles al desmantelamiento de los centrospúblicos desde los diferentes puestos de responsabilidad, logrados a dedoy que mantienen con silencios cómplices y culpables.Los que obviando, ellos sí, que no son, o deberían ser, sinorepresentantes de la enfermería, se llevan ahora las manos a la cabezaespantados de cómo te han atacado, cuando no han sabido luchar nimovilizar al colectivo en pos de unas condiciones dignas de trabajo y decontratación para ti y para miles como tú, sino que han permanecido en unignominioso silencio cómplice, permitiéndolo todo, aceptando tus cambiosconstantes y los de otros miles de puesto de trabajo. Callando ante laprivatización de la sanidad de todos, y apareciendo sólo con fugaceslavados de cara. Y todo eso, por qué, a cambio de qué. Seguro que ellos síque lo saben. Lo más fácil es que ahora empiecen a organizar cursossubvencionados con sustanciosos beneficios, sin que a la postre peleen pormejorar las condiciones de trabajo y la atención a los pacientes.A TODOS ELLOS LES INVITO A QUE DIMITAN, y se vengan al bando de loshombres y mujeres que consideramos que lo más importante son las personas,no el detentar puestos de poder o los beneficios a obtener en los negociosya sean sucios o limpios.¡¡¡TODOS ELLOS SON LOS QUE HAN COMETIDO UN ERROR TERRORÍFICO YPLANIFICADO!!! No tú, María. Te repito, tú te equivocaste.Tú, que probablemente fuiste la última persona en acariciar con ternura aRyan, antes de cerrar la incubadora.
ANIMO ENFERMERA MARIA.
Juanjo Moreno
Enfermero del Hospital Virgen de la Torre

Historia de un cumpleaños

Y decidí celebrar mi cuarta decada en compañia de mucha. Gente a la que quiero, pero no toda la gente que quiero podrá estar a mi lado este día...
Una amiga de mi infancia y adolescencia, llegó como embajadora del "mundo de los ochenta". Reencarnada en una paloma trajo la paz a mi corazón. Su grácil vuelo me transmitio la energía que creía perdida.
En pocos días resurgieron de mis cenizas, aquella que se fue sumergiendo en el pozo del olvido de si misma. Salimos a la aventura de ser nosotras mismas. De reencontrar nuestras almas y disfrutar de nuestros corazones que durante tanto tiempo habían permanecido separados.
Baños de recuerdos, inmersiones de confidencias, paseos de consejos.
Vacaciones de amistad, tal vez perdida, pero sinceramente encontrada.
Pero no sólo fué el viaje de la embajadora el mayor de los regalos de este cuarenta cumpleaños. Ella me trajo el mayor de los regalos recibidos , no sé si en mi vida, pero si que el mayor de los últimos años, el regalo de la camaradería y la unión de todas vosotras. La fusión de nuestras vidas, tantos años dispersas por tantos y tantos motivos.
Gracias a vosotras, que sabeís quien sois. Gracias a vosotras que pese al paso de los años y las visicitudes del camino andado guardais la pureza de vuestros corazones y aún sabeís dar lo mejor que hay en vuestras almas. Gracias por seguir estando ahí aún en la distancia .